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sábado, 11 de enero de 2014

Asuntos de Interés y Negocios 3er Act ( 6ª Esc )

Aunque sigo dibujando, y ya hasta llevé a escanear la escena que ilustra un poco esta idea de relato, el escaneo quedó fatal, y practicamente no irve para postearlo. Razón por la cual he tenido que quedar en espera que a la madre del hijo se le antojé tomarle una foto y escaneo con su "I phoncito".  Por lo que en via de mientrs y para no prolongarles mas la espera, aquí les posteo otro poco de lo que sucedió en la habitación de ese motel.  Espero les agrade.



Asuntos de Intereses y Negocios  (  )  Adaptación*
Ludo Mentis G.O. Tigers.

Todo por un Precio Especial

3 er Acto - Escena 6ª    ( A ver… Abre bien grande y sonríe… )


…A  ver Usted,  Mi Don., mejor ponga en video ese aparato y grabe bien que se viene en seguida.  Que a ésta antes de echarle un buen palo le voy a meter el camote  y me la voy a coger por la boca hasta que se la trague completa y me le quepan los huevos y me saque la leche con su boquita— 


Sorpresivamente, luego de localizar el orificio donde tenía que insertarse, el sonido volvió en el justo momento en que la voz del Pacheco profería con toda bajeza las soeces intensiones que  ahora planeaba cometer en contra de la agraviada persona de mi mujer.   Y así, a lo sumo un par de minutos después, para cuando la imagen reapareció y yo pude volver a activar el registro de un nuevo segmento de video y audio, aparentemente la circunstancia del escenario había cambiado de manera evidente.

En la imagen noté cómo habiendo zafado sus pantalones y calzoncillos, estos ahora no contenían más sus testículos que quedando libres y expuestos al aire junto con la rampante virilidad hacia la cual era arrastrado el rostro de ella.

…Ahora, con esa misma boquita que besas a tu marido, ven y dame un beso en los huevos que ya estoy que reviento de verte y sentir como me mamas…   ¡Ándale!...  ¡Bésalos Puta!...—  Inexplicablemente abandonando el tono falaz socarrón de pretendida condescendencia que anteriormente mostrara hacia Verónica había cambiado del todo, apoderándose por esos momentos de la situación, y sin misericordia el tal Pacheco, aparte de dar órdenes la halaba del pelo hacia abajo.

Mientras que por su parte, reacia, a obedecerle en la forma que se lo pedía, ella inútilmente forcejeaba intentando apartarse de la gruesa barra y aquel par de gemelos oscuros que expectantes de recibir pronto el mimo que su amo requería para ellos, y acomodados entre sus piernas, descansando sobre el asiento éste le tenía plantados ya enfrente de la barbilla, hasta que sin dejar ejercer el firme agarre de pelos con el que la forzaba a acercarse hacia él., luego de unos instantes finalmente terminó de cerrar el espacio y estos fueron entrando en pleno contacto con los mismos belfos pintados que de manera habitual también yo besaba, y que pronto acabaron teniendo que someterse ante el infame sujeto. 

Conmocionado e indignado de nuevo con  mí mismo, observé cómo era que aun con los sacos rellenos de semen aplastándose contra la boca y barbilla de mi esposa adorada, al tiempo de verse forzada al siniestro maltrato de tener que tolerar que entrando la virilidad en contacto con la respingona y delicada nariz de Verónica involuntariamente ésta tuviera que restregarse sobre la porción inferior de la lustrosa columna de carne que ominosa se erigía enfrente a su rostro, sobrepasando por varios centímetros el copete de su cabellera, altura que lucía por demás impactante y obscena ante el rostro mi mujer, y así permaneció  hasta que luego de algunos segundos por fin ella se aventuró a lamerles primero y después prodigarles sendos besos que le planto a cada uno de los sacos velludos.

¡Eeesssso!., ¡Sí, así mero!...   ¡Así!...   Lámelas y bésale las pelotas con esa boquita de mamadora que tienes…— Ya más complacido de la rendición de mi sometida mujer, Romeo intervino de nuevo para beneplácito del jefe de taller que la reducía humillándola con su pérfido trato mientras la dejaba abandonar aquel punto entre sus piernas para comenzar a hacerla subir con sus labios a lo largo de todo su falo. Para luego, maligno decirle:

—¡Si no es cosa de que quieras reinita!...   Es que quieras o no, te la vas a tragar completita…—

Y ahora, diciendo y haciendo., de nuevo tomándola vigorosamente por los cabellos, la apuró a que fuera subiendo la cabeza recorriendo los labios por toda la longitud de su palo hasta que una vez habiendo llegado al final, y ya sin nada que besuquear o lamerle, la boca de ella se separara de éste, quedando situada su cara a menos de dos o tres dedos escasos por encima del embravecido balano por tan sólo unos cuantos instantes que el dueño de tan imponente reciedumbre aprovechó para buscar y conseguir otro modo de asirse mejor a los sendos manojos de pelo castaño de mi agobiada Verónica .  Segundos mismos durante los cuales, y antes de comenzar a hacerla bajar hacia él, de nuevo la presentó ante la ominosa barra de sacrificios por la que enseguida ella tendría que caer.

Al adivinar lo que se venía, los labios de mi mujer se cerraron, inclusive frunciéndose un poco con la intención de impedir el definitivo asalto que se les avecinaba y resistírsele al menos un poco.  Pero los intentos de resistencia simplemente no fueron nunca rival ante la enjundia de su oponente y la circunstancia ya enteramente vencida desde hacía ya varios minutos atrás, y más cuando al sentir Pacheco el rechazo que ahora mi esposa intentaba oponer, persistió empujando y halando hacia abajo los cabellos castaños de Verónica, hasta que no teniendo ella más otra salida, acabó separándolos  para recibirlo dentro de ellos.

Si ya he dicho que aquel pene era voluminoso., para mi desasosiego al verlo comenzar a invadir la boca de  mi mujer, y – diciendo lo menos ‑, ya comenzó a parecerme excesivo e inmenso no solo en tamaño, sino con un grosor tal, que para poder recibirlo dentro, a mi esposa le fue necesario buscar una forma de acomodar la boca a su rededor, extendiendo los labios hasta mas no poder sobre éste.  Causando que para acompañar a esta acción, de paso también las mejillas tuvieran que conseguir estirarse para darle cabida, proveyendo a su rostro habitualmente bello, armonioso, elegante y sereno; y que sin embargo para mí en ese momento lució inquietantemente llamativo, morboso y obsceno, con un nuevo aspecto curiosamente desencajado al tener que ver el esfuerzo que tendría que hacer para cobijar tan sólo la bulbosa cabezota de éste sin que esto ocasionara que su mandíbula se le fuera a zafar.

…¡Ahhgh!.  Sííííggh!.  ¡Sí., así sí!...    Abre la boca bien grande para que te quepa Muñeca…  ¡Te ves de lo más puta y luces divina con la boca llena de mi camote Mamita!...— Extasiado, y haciendo que lo envidiara yo al verlo gozar de tan desvergonzada manera entre los labios de aquella señora que sin importar lo que fuera de todas formas yo amaba no sólo por ser mi mujer sino la madre de una bonita muchacha y reglarme a mí también a un hijo., no  tuve otro remedio más que escucharlo como se desfallecía del placer que ahora ella le daba.

Sin duda que, aunque desde mi nido de observación no me resultaba posible ver más que desde un ángulo bastante restringido,  de estar escuchando y viendo lo que transcurría en aquel cuarto., quizás un poco nada más por mi pura memoria y sensaciones que abarrotaban mi cuerpo al verla a ella con aquel miembro clavado en su boca y recordar lo habitualmente pequeño y mesurado del orificio bucal de mi esposa, entendí que lo que ella estaba haciendo para él en ese momento era algo anormal. Y de inmediato después de pensar eso me adelanté a anticipar que los labios de Verónica, o estaban próximos a llegar, o bien, ya habrían llegado a su límite y aquello era todo lo que ella podría dar para la masiva cabeza dentro de sus bezos sensuales.

El intenso color de su lipstick rojo, que con tanto esmero yo mismo la viera cuidadosamente aplicarse minutos antes de salir de la casa, ahora se hallaba por doquier embarrado sobre sobre su cara, el pene y los calzoncillos de aquél, quien sin inmutarse ante nada, ni el esfuerzo que Verónica hacía para suprimir las arcadas que le producía tan voluminosa cabeza encajada en la boca,  ahora pasó de jalarle del pelo,  para repentinamente cambiar de estrategia. Y sin soltar los ondulados mechones de sedoso cabello, movió sus morenas manos hacia la nuca de ella para empujarla hacia abajo., buscando hacerla que continuara yendo todavía más profundo alrededor de su venosa virilidad.

“¡Haghr… Huœhgh glhughllr!...  ¡Haæhg…  Ghuhghl… Rghhahg!”   Como si aquello aun fuera posible., y corrompiendo todavía más más los labios de ella con su macana., guturales sonidos semejantes a estos empezaron a surgir y llenar el espacio hasta poder ser captados por el dispositivo de escucha.

… “¡Uuœgh!... Aægh… ¡Hahgrg!...  ¡Glhuhghuœhgg!”…     Parecía atragantarse y batallar por respirar en cada instante y con cada décima de centímetro  que la hacía el avanzar los labios sobre su miembro para forzarla a engullirlo, Verónica sentía yo que se desfallecía alrededor de éste intentando apartarse hacia arriba para no ahogarse mientras el hombre, decidido a no dejarla escapar de su agarre, firmemente y con más calma la hacía descender por su columna de carne vibrante.

Sin éxito alguno las manos de ella aparecieron intentando ayudarse a si misma para apartarlo o apartarse de él.

—Tranquilita Mamita, que si no, te la voy a clavar tan honda, hasta que te entren los huevos y te ahogues o se te salten los ojos Muñeca…—  Continuó empujándola pese a los esfuerzos de ella.  Dejándole ver que de sus brazos tatuados no había escape ninguno.

… “¡Oœgh!... Ghughgh…  Aægh… ¡Hahægrgh!... ¡Glhuhrgg”… —    Con saña continuó empujando sobre su pene la boca de ella sin que Romeo hiciese nada por impedirle tanto maltrato, ni siquiera un guiño.

Algo difícil de compartir o lograr comprender por almas -no tan pobres como la mía- que habiendo minado desde el pasado sus propios caminos, tanto como toda ruta de escape lo es sí; para más tarde, aprender a gozar el siniestro y morboso deleite que el poder de la dualidad de los celos, a veces, produce a algunos, no sólo a mí. Sobrecogedora e infartante podría haber resultado la escena, también para alguno que, sabiéndola normalmente, una dama sofisticada, de refinados modales, y buenas maneras, ‑casi siempre‑, acorde a su circunstancia de señora casada y con hijos, ahora, pudiera estar viéndola en semejante tipo de predicamento y tal grado de sumisión; o habiendo sido llamada “puta vaca nalgona” instante previo a ser forzada por uno de ellos a arrodillarse, ante un fulano a quien sin conocer, la obligaba a tragar todo el tamaño de su ración masculina combinados con su propia salivación.

Tampoco la cara opuesta que la gente común no conocía de aquella mujer podía suponerse capaz de tantas cosas oscuras y escandalosas, que ciertamente casi ni al párroco de su familia se atrevería a confesarle, que había, no sólo, ya probado; sino en connivencia permitido que algunos hombres hicieran con ella, y que alguien pudiera haberse imaginado contemplado la abrumadora escena que protagonizaba en esos instantes mi esposa justo en el cuarto contiguo al que yo, su propio marido, observaba lo que hacían esos protervos tunantes con ella, pues resultaba perturbador ver, a la que sin caer a menudo en excesos, ante quienes tratándola de manera frecuente, probablemente, pese a haber llegado a verla algún día con ciertos dobladillos algo más cortos de lo habitual o vestidito ajustado como el que llevaba esa noche u otros que a veces se ponía para salir a la calle conmigo o acompañada por alguno de los conocidos que aun sabiendo de mi existencia o conociéndome incluso, llevando sus propias agendas de posibilidades y antojos, ocasionalmente intentaban tener algo con ella aunque estuviera casada., sin que el resto de los demás que la tenían en buena consideración imaginaran siquiera lo fácil que a veces esto podía resultar.

Absorto en mis contemplaciones, en todo aquello pensaba  mientras pasmado y atónito veía como la envilecía ese despreciable gordo y seboso moreno, quien con insultante arrogancia, segundo a segundo, la fue doblegando dándose el tremendo lujo de tratarla, tal vez, empleando incluso peores maneras de las que le permitiría una arrabalera común y corriente a cualquier cargador de mercado.

… “¡Oœghehgh!... Ghæghgh…¡Ghuhlgrr!  Aæhgh  Ehhgaæh… ¡Hahægrgh!”… —    Sosteniéndola incluso de  manera más firme por la cabeza, a través de la imagen y sorprendido de ella alcancé a observar allí mismo como el enorme cuello de ganso de este tipo con seguridad debía estar por alcanzar ya la garganta de mi mujer…

Habiendo avanzado de a poco a la vez,  y lento pero con la firmeza que él le había impuesto a su paso, la cabeza de aquel grueso tronco seguro tendría que haber pasado por la úvula y las amígdalas de Verónica, y si otra cosa no sucedía antes, aunque ella se ahogara luego comenzaría a deslizársele por el fino cuello blanco de mi esposa.

Ahora la veía de nuevo agitarse y moviendo  las manos, tratando de encontrar las del infame moreno o la panza de éste para empujar y librarse de él. Sin duda alguna a ella se le agotaba el poco oxígeno que alcanzaba a aspirar, aunque la oí resoplar al hacer el intento de respirar de nuevo.

—¡Tranquila Chiquita!…  ¡Tranquila!...  Ya casi terminas y te la comes completa…—   Sin darle escapatoria el mugroso mecánico a quien el alevoso Romeo se la entregara para que él pudiera violarla en tan miserable manera, le hizo entender que no la dejaría recular en tanto no hubiera conseguido la meta que se había impuesto.

¡¿Usted, mi  Romeo está grabando esto?!...   Ya casi llega y si no luego no me van a creer que con esa carita de santa se la comió toda completa esta ñora… Ya casi se la tengo hasta el fondo…   Se siente bien rico su gargantita apretándome la punta de mi camotote!     Sórdidos y devastadores  hasta mí llegaron los comentarios procaces en el mismo instante en que acercando la visión del lente de mi dispositivo, capté la afinada nariz mi esposa logrando alcanzar los enmarañados y negros vellos púbicos de aquel hombre, y comenzar a desaparecer entre ellos.

…¡Auuuhhgh!.  …Ooohimm.   Por Dios Santo, que de veras se siente bien rico como lo aprieta todito…  ¡Esos labios!., ¡esa boquita y su gañotito!...   ¡Usted ya apúrese y grábela que se la voy a sacar antes de que se nos ahogue o se vomite con mi pito atorado aquí adentro!...— Le dijo ahora apurado antes de propinar un último envión de su pene contra la garganta de ella, y con el cual finalmente alcanzó su objetivo una vez antes de soltar de una vez los ahora ya despeinados cabellos de la mamá de mi hijo., quien aprovechando la oportunidad que le daban, de inmediato  fue a buscar aire. Absorto me quedé cuando me pareció ver ávidos movimientos de su lengua para permitir el acceso.
* * *

7 comentarios:

  1. Que buen fin de semana.
    postemporada de NFL, y un nuevo relato de Ludo.
    !Mejor imposible!, gracias reyes magos.
    A disfrutar, comento mañana
    Federico

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  2. Que buena esta la serie Ludo, solo que esta vez nos distes con cuentagotas :) , un abrazo.

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  3. Mi solidario Ludo
    Primero decirte que misión cumplida, este fin de semana NO se sintió el frio, en esta tu casa, gracias a ti.
    Segundo, coincido con Luis, es un capitulo corto, pero…?
    Pero es genial, la historia está en un momento muy morboso, simplemente me tenías como hoya de exprés, echando vapor.
    La narrativa de la felación, ¡espectacular! He leído muchísimas “literal mamadas”, pero la actual, tiene todos esos elementos; de forzado y reticencia, humillación y decoro, luchas siempre grata al momento del acto sexual.
    La incomoda e “INSULTANTE ARROGANCIA,” del negro por el tamaño de su miembro.
    Todos los diálogos son sorbidos pero muy excitantes:
    “te la vas a tragar completa”
    “Yo te he visto tragarte unas de esos tamaños, Así que no te me hagas ahora la de la boca chiquita”
    “la princesa mamona”
    “me pareció perturbador y romántico un cariño que surgió de sus labios señal de respeto ante el dueño de aquella polla”
    Y por último, El contexto que me producen un temblor, “PRESTÁNDOSE A SER PROSTITUIDA” y todos conscientes de ese hecho (los cuatros personajes) y cada uno disfrutando.
    Y la cámara que ese hecho “ME ATORMENTA” y alucina, ¡es genial!.
    Por favor que siga, así siendo forzada por eso 2 a pagar, ¿lo que NO DEBE?.
    Perdón quise decir; ¡lo que ya NOS debe a todos!
    Uno más de tus satisfechos Lectores.
    Federico.

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  4. Excelente analísis Feferico! concuerdo contigo, te falto solamente:
    "Absorto me quedé cuando me pareció ver ávidos movimientos de su lengua para permitir el acceso "

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  5. I am sorry, quise decir Federico :)

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  6. La unica aclaracion que hago es que yo nunca uso la palabra Polla ni ese tipo de españolismos que no me hacen sentido... Jeje, la sig escena ya esta posteada programada para aparecer automatica el viernes ( noche de jueves a viernes )

    Antes de eso espero haber poido postear el dibujito

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  7. concentrados todos tus lectores estamos tambien me estremeci con los movimientos de la lengua para permitir el acceso .,magoes

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